Suspicacia

Por Leandro Timossi

leotimossi@hotmail.com

                Antes que nada, le pido disculpas a nuestros visitantes por la falta de actualización esta semana. Estoy teniendo cierto problema para encontrar tiempo (como si el mismo fuese algo externo a vivir o algo de lo que pudiésemos escapar) y de hecho, estoy escribiendo estas humildes líneas desde atrás de una columna de la facultad.

                         

                El futbol se impone y me obliga a buscar un espacio para comunicarme. La semana estuvo algo movida. A miles de kilómetros, Cristiano Ronaldo superó en un sprint final impresionante el registro goleador de Messi en Liga. El Porto (en España conocido como el Oporto) se adueño de la Europa League con un gol de un ex River, Radamel Falcao. Un River que está en el ojo de la tormenta porque Passarella se vistió de chimenea. En esa tónica Grondona lo tildó de soberbio, Maradona a este de viejo; Don Julio a Diego de insano. Entonces el Kaiser se ataja ante un golpe arbitral, Grondona se gana el favor de los demás dirigentes… Maradona declara porque es Maradona, enemigo intimo de cuanta persona esté involucrada en un escándalo.

Batista y Maradona, en otros tiempos.

 Ya que era gratis (de todas formas, con el contrato de 36 millones que acaba de firmar, no va a tener problemas) el Diez siguió atacando y a pegar, se le sumó un ladero. Porque si Tevez acuso al ex barbudo Batista de Twittero (entre paréntesis, cobarde), Diego lo trato de zarpado. Analicémoslo fríamente: El ex técnico de una de las selecciones más importantes del mundo acusa al actual entrenador de drogadicto. En situaciones habituales, esta frase de proporciones bíblicas sería relleno de varios medios alrededor del mundo. Pero salió de la boca de Maradona, resentido tira-bombas, eterna voz autorizada por ser el mejor (jugador).

Tevez se besa la canillera después de marcar su primer gol ¿Mensaje?

                Batista, ese que llegó a admitir que se escondía un raviol de cocaína en la barba para consumir durante el partido, por razones poco claras para el público, decide dejar fuera a Tevez. Como Bielsa a Riquelme, como Pekerman a Verón, como Maradona a Zanetti, el Apache parece ser la victima de este proceso. Los dos golazos que metió para el City no hacen más que ahondar la brecha inexplicable que otro entrenador saltaría.

                En Libertadores y en el Clausura, Velez parece no tener piedras en el camino. El mejor equipo del fútbol argentino vive un excelente momento de forma, no obstante, por cuestiones políticas parece ser bombeado. Que la bengala, que se cambia de cancha… El fortín hasta ahora puede con todo. Veremos hasta donde lo deja llegar el poder.

Locales:  Gimnasia vive de una transfusión de esperanza. Apostó a la gente del club y la movida parece funcionar. El Lobo intenta menos y termina jugando más. La fortaleza anímica que le impulsa el evangelista Ortiz de no darse por perdido hoy hace algo dramática aquella columna del Coco donde se miraba descendido. Pero ¡Cuidado! Gimnasia está en el mejor camino pero todavía no llegó al final.

               

En Estudiantes, Berizzo navega en incertidumbre. No logra decidirse en poner a los pibes, en alinear titulares y quizá esta duda o desmotivación racional transcurre en no saber qué será de sí la próxima temporada. Berizzo parece tener las horas contadas, en una salida prolija al final del torneo. Hoy por hoy, debe concentrarse en ganar mañana (por hoy, sábado). En Estudiantes, en el fútbol en general, no debe haber tiempo para las suspicacias.