viernes, 30 de enero de 2015

Grondona anda con Yabrán; Análisis de un Enero que se va


Por Leo  Timossi
leotimossi@hotmail.com

A Enero ya le quedan poco menos de 48 horas; a mis 23 años, también. En momentos donde parece que el periodismo ha sido asesinado (o se suicidó o fue instigado a hacerlo, lo determinará la justicia) ya que todos juegan públicamente a confabular como Conan Doyle posibles escenarios detectivescos, les propongo a ustedes, amigos del feisbú, que nos tomemos vacaciones. Sí, un rato nada más. Apaguemos la tele, dejemos veinte minutos descansar a Nisman (¿Se acuerdan de Lola?) y tomemos vacaciones. Pensemos un poquito en el mar, en la playa, en un grupo de pibes descalzos pateando una pelota de tenis exageradamente grande en una estadio que tiene los arcos hechos con moldes de arena, ahí nomás, pegados a la orilla, tanto que por momentos la crecida les ablanda la cancha y les borra las líneas.

Sorpresa, tengo ganas de hablar de fútbol. Seguro que de mí no se la esperaban.  Y tengo varios puntos para analizar, en un orden a lo mejor demasiado caprichoso. Empiezo por lo que más me rompe las pelotas.

1.       ¿La muerte de Grondona no iba a revitalizar el fútbol argentino? A Vélez ya lo cagaron.

Pasó más de un semestre desde que Julio Humberto abandonó este plano. Los que vaticinaron un porvenir mejor para la Asociación de Fútbol Argentino, ¿En que se basaban?  El miércoles Vélez perdió un partido que nunca debió haberse disputado y con ello, la posibilidad de jugar una nueva Copa Libertadores, el torneo continental más importante. El penoso accionar de los dirigentes de Boca (Aquellos que tiempo atrás se jactaron de ser reyes en un juego de vivos) conllevó a que una entidad madre acéfala (¿En serio creen que es Segura quien toma las decisiones?) permitiera este mamarracho más propio del siglo pasado que del presente 2015. Algunos colegas tomaron las declaraciones de Sebastián Domínguez (Único futbolista de nuestro medio capaz de dar una declaración interesante, incluso transpirado y todavía pisando el césped) como una crítica hacia sus propios directivos (“La habilidad de los dirigentes de Boca les permitió disputar este partido”). Si había algo que Domínguez denunciaba, en todo caso, es la mala fe de este grupo de personajes que llegan a donde lo hacen por mérito de los socios, aquellos que van a votar.

2.       Aun sin Grondona, se jugará el torneo de 30 equipos y los ascendidos se refuerzan en consecuencia.

No tiene bajada ni remate.

3.       River quiere seguir siendo River

Si algo nos deja el pobrísimo fútbol de verano, es la tranquilidad de asegurarnos que el conjunto de Gallardo parece mantener una idea que le reportó alegrías el último semestre y que oxigenó un fútbol argentino que amenazaba con empezar a disputarse sobre escobas voladoras. Por ahora mantiene la base del Campeón Sudamericano e incorporó poco y muy bien: Gonzalo Pity Martinez (encarador y rebelde, enano de los que no se esconden) y Sebastián Mayada (confíen en mí, River trajo un gran mediocampista técnico). Además, recupera ahora sí a tiempo completo al enorme Fernando Cavenaghi. Hermoso dolor de cabeza para el DT conformar la delantera.

 Párrafo aparte para Pablo César Aimar: Dios nos permita a los futboleros poder disfrutar de cerca a uno de los últimos exponentes del fútbol sorpresa. Si el Payaso está bien, nunca te deja a gamba.


4.       Boca busca enganche y Riquelme dice Adios

Mientras Riquelme saludaba desde la platea al partido que asistió en virtud de un homenaje que nunca pudo ser por intervención de Daniel Angelici, Marcelo Benedetto informaba con su habitual profundidad que Boca Juniors estaba más cerca de incorporar a Nicolás Lodeiro, enganche uruguayo de buen paso por Holanda y la Selección charrúa. Tras el flojo rendimiento en los primeros amistosos, el propio Angelici tomó nota y concretó la incorporación de dos laterales que pisaron selección (Peruzzi y Monzón), de dos defensores centrales de pasado tenúe pero con roce internacional (Torsiglieri y Rolín), de un volante con mucho gol y buen rendimiento en los amistosos (Pablo Pérez) y esperando la llegada del 10 uruguayo, coquetea con Daniel Osvaldo, sancionado en Italia por bajo rendimiento y excusado en mal comportamiento. Mientras todo eso pasaba, Jonathan Calleri demostraba que junto a Guido Carrillo, es de los mejores delanteros jóvenes del fútbol argentino y que su rendimiento en el Xeneize ha sorprendido a propios y extraños.

5.       Quilmes se refuerza mejor que nunca y el último campeón no logra concretar refuerzos


Está claro que prácticamente ninguno de los refuerzos que llegan al conjunto Cervercero sería considerado como tal en Racing, pero lo cierto es que resulta llamativo que una de las cenicientas del fútbol argentino haya concretado el mejor mercado de pases desde que está en primera división (Buonanotte, Assman, Bieler, Calello, Perez Guedes, Ugliessich, Rodrigo Gomez, Emanuel Morales y la continuidad de Braña) mientras que el último campeón del fútbol local solo ha podido incorporar al ex jugador de Defensa y Justicia Brian Fernández (Tiene algo que ver Grabarnik en su llegada?) en contrapartida al éxodo del revulsivo Ricardo Centurión, quien parte a tierras brasileñas a cambio de cuatro millones de dólares.
6.       Los chicos del Sub 20 devuelven la ilusión en pequeñas muestras gratis

Después del fracaso que significaron los pasos de Sergio Batista y Walter Perazzo por el Seleccionado Sub 20, esta versión 2015 de futuros talentos parece estar destinada a papeles más dignos que sus predecesores, más allá de que su DT no haya evidenciado pergaminos más sólidos que los anteriores y que colectivamente el equipo siga dejando mucho que desear. Para reafirmar la condición de promesas de Ángel Correa y Tomás Martinez, para anotar los nombres de Leo Suarez y Agustín Batalla, entre otros juveniles que parecen, en principio, correctamente seleccionados.
7.       Troglio y Pellegrino se quedan sin excusas
Después del espantoso mercado de pases de Gimnasia en el 2014 (Sólo Vegetti matiza el dolor, Rojas todavía está a tiempo) parece ser que a Pedro Troglio, por primera vez desde que es DT del Lobo, le han mejorado el plantel que tenía el pasado semestre. Tras las partidas de Juan Quiroga (dos expulsiones) y Nery Cardozo (quedará en el colectivo como la sombra de un mal chiste, como en su momento el colombiano Tigrillo Salazar), la dirigencia del Lobo logró la continuidad del goleador tripero en el último torneo en un diciembre caliente y tras cartón, incorporó rápido y en la medida de nombres que conformaron al DT (Mazzola, Medina, Velázquez, Navarro, Brum). Quienes recorren Estancia, reconocen a un Pedro bastante más tranquilo que en otros recesos. Ahora está en su muñeca conformar un equipo que sea más que una piedra en el zapato de los rivales. El desafío para este nuevo torneo será, sin dudas, lograr convertirse en protagonistas.


Por el lado de Estudiantes, las presiones son más profundas. Porque Pellegrino  afrontará el segundo mercado de pases donde los nombres, a priori, conforman y la inversión es más alta. En Julio llegaron Vera, Hilario, Cerutti, Graciani, y Prediguer, entre otros, los cuales fueron pedidos por el entrenador. Algunos conformaron y los otros están en deuda. Es cierto, Pellegrino foguea juveniles, hace buenas campañas y se los transfieren. Estudiantes vende a Correa, sí. Pero incorpora en su lugar a Luciano Acosta (más Barbona, más Rosso, más Rossi) y se refuerza con Delgado, Gil y Álvaro Pereira. La apuesta es fuerte, sí (leer ítem 7) y las presiones, más altas. De llegar un defensor central de jerarquía (única manera que el titular de esta cuenta entendería la suplencia de Schunke) a Pellegrino se le terminarían todas las excusas: Mantiene la base, le reemplazan lo que perdió, le potencian los titulares. Deberá, como mínimo, clasificar a la fase de grupos de la Copa Libertadores y allí, realizar un muy buen papel.
8.       Los primeros meses de la gestión Verón se vuelven confusos
Parece que pasó hace mucho, pero hace poco más de un mes hubo una contra conferencia de prensa de la comisión directiva saliente de Estudiantes de La Plata desmintiendo los números del informe de la CD actual. Nadie parece haberse preocupado por evaluar quien tenía razón y quien, aunque involuntariamente (¡!), cometía un error. Era tan incómoda la división en el Mundo Estudiantes que algunos aprovecharon el fragor de las fiestas para olvidar el incidente. No he escuchado más versiones oficiales sobre este asunto, pero por lo que pude asesorarme en forma particular por entendidos en áreas contables (dado que los números y yo nos llevamos mal) es que el informe Lombardi sería el más objetivo y profesional, aunque desde afuera es difícil hacer un análisis certero y parece que desde adentro también. No obstante de esto último, serían varias las deudas que databan de la gestión anterior que a día de hoy están impagas, entre ellas una con Nacional de Uruguay por el pase de Damonte, con Matías Aguirregaray, con Benfica por Franco Jara, con Colón de Santa Fe por el pase de Graciani, y siguen rebotando cheques, sin contar la deuda fantasma que reclama Román Martínez.
Lo más curioso de esto, es que sean 270 o 190 los millones de pesos que se adeudan, Estudiantes sigue incorporando y muy fuerte. ¿No era caótica la situación? ¿Es conveniente contratar jugadores con dinero prestado, sabiendo que en el fútbol, los intereses (económicos) son enormes? La venta de Correa apenas aliviaba, en palabras del Presidente, sin embargo, en este mercado de pases la comisión directiva que encabeza Verón parece no haber actuado en consecuencia de su propia información.
9.       El gobierno de la provincia de Buenos Aires piensa que todos somos boludos o que evolucionamos como sociedad.

Se nos presenta una de las disyuntivas más grandes en un año electoral: ¿Qué tan boludos piensan que somos?
Después de una serie de medidas fantásticas aplicadas por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, se estima que de acá a la Copa América, quedaran ERRICADOS todos los problemas delictivos que atañen al fútbol y que afectan la concurrencia a los estadios de los hinchas visitantes. Se trabajó muy duro y al parecer se logrará que el público se comporte en los estadios como lo hace en verano, cuando SI hay parcialidades manifiestas de los dos equipos en disputa, por lo que ahora sí, por fin, después de dos años, aleluya, volverá el público visitante a los estadios del fútbol argentino, justito nomás, a tiempo de las elecciones presidenciales.

10.   Nueva edición del clásico platense en La Feliz: No les demos la razón

Si hay algo que me enferma de las redes sociales y el fútbol, es la creciente algarabía y ansiedad juvenil por la pelotuda cultura del aguante y la necesidad de poner de manifiesto en todo momento quien la tiene más larga. POR FAVOR, los que viajen a Mar del Plata, usen la cabecita, que seguro la tienen. Disfruten un espectáculo que nosotros los platenses sabemos que es de los más lindos de nuestro país. Ganen, pierdan, lloren y carguen, si la situación lo amerita. Pero, repito mi pedido de cada clásico: NO SEAN CABEZAS DE TERMO. Cuando tengan el adoquín en la mano y estén tratando de hacer foco en la nariz de ese tipo de la vereda de enfrente, piensen en ese amigo, esa novia, ese tío que no vemos nunca, ese preceptor de la secundaría que los salvó en séptimo grado de quedarze libre y que casualmente era tripero o pincha. Cuando estén a punto de afanar una bandera para poder subir la foto a Instagram, en serio pregúntense si eso los pone orgullosos, si eso quieren para su vida, si eso hace grande a su club y su gente. No hagamos de La Plata una nueva Rosario. No les demos la razón a los del gobierno de la provincia: no seamos pelotudos. Aunque sea por esta vez.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Nosotras las viudas



Por Leo Timossi 
leotimossi@hotmail.com

(En respuesta a la Carta Abierta a Guido Marcelo Carrillo publicada en el blog http://milews.blogspot.com.ar/2014/10/carta-abierta-guido-marcelo-carrillo.html del amigo Augusto Milewsky)

viudo, da
  1. adj. Persona a quien se le ha muerto su cónyuge y no ha vuelto a casarse:
    se quedó viudo a los pocos años de casarse. 
  2. col. [Alimento como las patatas, los garbanzos o las judías] que se cocinan solos o sin acompañamiento de carne.
Al momento de redactar estas líneas, acompañado de un buen vaso de bebida para hombres, titubeo: ¿Es realmente útil todo esto? ¿Arrojará esta discusión conclusión certera? Incluso, en mi vacilación, me concedo la licencia de ser todavía más crudo, ¿Leerá Guido Marcelo Carrillo estás líneas? ¿Le importarían si las leyera?

Naturalmente pienso que no, que es prácticamente imposible que lo haga y si lo hiciera, él tendría las de ganar. Volcándose para cualquiera de los dos lados (el de la crítica o la defensa) poco afectaría su modus vivendi: Guido Carrillo es jugador de fútbol, cómo los otros treinta jugadores que conforman el plantel profesional de Estudiantes, y nos guste o no, jugará siempre y cuando el técnico lo decida, sin preguntarle si está de acuerdo, sin revisar previamente este tipo de producción.

Así que, motivado por esto, envalentonado a lo mejor por una copa más propia de un fin de semana que de miércoles a la madrugada, me dispongo a responder este artículo, el que nos llama a nosotros, las viudas de Guido, a salvar el honor, cual caballeros (paradójico) ofendidos en su dama.

Comencemos esta vindicación con un pequeño acto de sinceramiento: No hay, hasta la fecha, ninguna posición adentro de la cancha, ninguna disposición táctica, ninguna teoría, que diga que un jugador juega de definidor, ni de goleador, ni de rebotero. Carrillo es un delantero, punto, con todas las funciones inherentes al puesto, las que desempeña con errores y aciertos. Ergo, Carrillo es un mal definidor, sí. No hay concesiones para esto, ni dobles lecturas ni visiones estéticas a la hora de golpear la pelota. No es lo que es por debilidades técnicas, de lo que parece estar bien dotado, ni por falta de colocación, mal que no le afecta; Guido, adentro del área, y cuanto de rematar la faena se trata, suele tomar malas decisiones. Así de sencillo, así de claro. Sea por que coloca cuando tiene que patear fuerte, sea porque gambetea cuando tiene que pincharla por arriba del arquero, lo cierto es que en ocasiones Guido parece hacer fácil lo difícil y en otras tantas, viceversa. Hasta ahí, Doctor Milewsky, hasta pareceríamos estar de acuerdo. 

Pero hete aquí que su análisis, que acusa a los demás de basarse en números fríos, en goles simples en la
boca de la red, se me hace algo injusto. No sólo, como dije antes, que considero que Carrillo es un delantero (completo) que cumple prácticamente a rajatabla con sus funciones, con más o menos brillo, sino porque se hace poco análisis con las situaciones con las que Guido cuenta, por no decir nulo; porque parece incluso se deja de lado o se minimiza el valor sustancial que tiene su presencia y participación activa en el circuito de juego (que a entender de quien suscribe, es fundamental) en detrimento de que “no mete goles de factura propia (¿?), y no aparece en partidos importantes”. Primero, porque pareciera que su radiografía periodística parece contaminada por cierto ánimo revanchista caldeado por la decepción producida por la eliminación ante Huracán (Sí Carrillo hubiese metido este penal, ¿Este análisis existiría?) y segundo porque, nobleza obliga, no es que cuente el propio jugador de Magdalena con tantas chances claras de gol como para merecer esta reseña más propia de Rafael Nazareno Maceratesi que de un producto propio, que en un equipo cargado de irregularidades y en su año de consolidación, marca 15 goles.

¿En serio marra, Guido Marcelo Carrillo, tantas chances por partido como para merecer esta crítica?
 
Dijo Román Martínez el sábado, en los vestuarios del Florencio Sola, cito textual “Carrillo es un animal, para nosotros es fundamental, hace un trabajo que otro no hace” y agregó;"Cuando saltó, el Gordo (Carrillo) al defensor le sacó cuatro cabezas. Es fundamental, no sólo por los goles." 

Descontracturado y sin casete, como lo caracteriza, el volante central de Estudiantes ponderó las virtudes del nueve, mientras que otro histórico del club como el Chino Benítez, quien supo asistir a delanteros con palmarés (sic)  dimensionó su aporte señalando que “pide la pelota, se hace notar y nos permite descansar en él”. Más allá de la valoración de los compañeros (¿Un club que preside Verón y que tiene tan cerca a referentes como Desábato y Alayes le daría la cinta de Capitán a cualquiera?) que parecen desplazar esa simplificación de un puesto al que usted, Doctor Milewsky, refiere meramente como rol de definidor, está claro que la función de Guido es otra y la cumple con creces, anexándole, además, una cuota nada despreciable de gol que, abajo, al medio, al centro o de rebote, alguien tiene que hacer y parece ningún jugador del fútbol local puede garantizar.

A lo mejor le juega en contra a su valoración la idiosincrasia de su antepasado en el puesto. Antes de Guido, la nueve de Estudiantes le pertenecía a Bubba Zapata, un goleador de tanta jerarquía que hasta resultaba contraproducente a la producción de juego. 

Contraproducente porque Zapata, por naturaleza, capacidad y convicción, recibía la pelota en la mitad de la cancha y aceleraba la locomotora hasta el área, generándose chances que sí, que claro, definía mejor que Guido, en un Estudiantes tan Bubbadependiente que terminó jugando cada vez peor al punto de que el propio moreno recuperaba la pelota en tres cuartos, porque no había asociación en la mitad de la cancha que le permita disponer de una chance clara de gol.

Guido, claro está, es más lento. Menos temerario. Peor definidor, sin dudas. Pero acaso mejor jugador de equipo, rol que poco nueves cumplen, al punto de que cuenta con un póker de asistencias bastante infrecuentes en un delantero de su tipo, la más nítida también grabada en las retinas de película recién vista cuando asistió a Carlos Auzqui, en la boca del arco frente a Peñarol. En su mejor torneo, de todas formas, Duvan Zapata metió 7 goles. Dos menos que el oriundo de Magdalena aquí reivindicado. Hasta el propio Mauro Boselli, en tardes de tres goles, contaba con por lo menos nueve chances nítidas para rematar a gol. 

“El nueve que hoy tiene el conjunto platense ha tenido solo un gol importante…” Comienza usted a decir en un párrafo y yo me enloquezco. ¿Qué son, a fin de cuentas, los goles importantes? ¿Acaso todos los domingos se define un título y yo no me enteré? ¿Acaso Estudiantes pelea todos los torneos? ¿Hay que tener un título para triunfar? 

Estudiantes de La Plata está camino a los 110 años de historia. Si algo ha caracterizado a su semillero, es la
El Payo Manuel Pelegrina es el máximo goleador del club con 231 goles en 430 partidos. Nunca fue campeón

producción prácticamente en serie de delanteros con buen olfato. ¿Acaso Manuel Pelegrina, máximo goleador de la historia de Estudiantes, no marcó ningún gol importante porque no hay títulos en su palmarés? ¿O es el ascenso también una competición menor? O hagamos un ejercicio, borremos de un plumazo los 96 goles de Ernesto Farías (gran pateador de penales) en Estudiantes de La Plata entre finales del 99 y el primer lustro de los 2000 porque de ellos, sólo uno se le marcó a Gimnasia y muy pocos a clubes grandes, además de que lo más cerca de clasificar a algo importante que tuvo el club por ese entonces sea una Copa Mercosur que al final ni siquiera disputó. ¿Sería lo que es Estudiantes sin ese gran caudal de “goles no importantes”? Brujas, Bosellis y Pavones hay muy pocos en la historia de los clubes. Son los menos, son los tocados por la varita y no por su talento, sino por el momento de la institución. ¿Podría haberle hecho Mauricio Piersimone el gol a Barcelona en Abu Dhabi? Sí, probablemente. ¿Podría haber llegado hasta esa instancia Estudiantes de haber jugado con un nueve de sus características y limitaciones toda la Libertadores? En tierra de incomprobables, la lógica indica que no. ¿Es el Roro López un jugador de goles importantes por sus fantasmales apariciones en el Estudiantes del Rastrojero o es un mediocre pechofrio que arruga en las malas por errar el penal con River que podría haber significado la clasificación de Libertad de Paraguay? Y volviendo a Carrillo, ¿Es Guido un jugador que desaparece en las malas por haber errado el primer penal de su carrera ante River o es el jugador presente que con sus ocho goles hasta ese partido, permitió que Estudiantes llegue con chances en el final?

 
Leandro Lazzaro llegó a Estudiantes por intermedio de Verón tras ser figura del torneo en Tigre. Jugó poco, marcó cuatro goles y tras criticar la actitud de La Brujita, se despidió llorando en conferencia de prensa.
Y con los penales me detengo, para ir dando un cierre. Yo no coincido con los que dicen que los penales sean una lotería, no. Considero que hay jugadores que saben hacerlo bien, y jugadores que no tanto. Carrillo es de estos últimos. El técnico debe entenderlo y tomar nota de ello, y en todo caso, designar un mejor shoteador. No me parece que sea parámetro para medir el nivel, la jerarquía, el compromiso de un jugador (Más allá de que considero que en el caso puntual de Huracán, Carrillo evidenció - como todo el equipo- cierta displicencia). Maradona, un ex jugador de Argentinos Juniors que brilló allá por los 80’, llegó a errar cinco consecutivos, incluso en una instancia definitoria de Copa del Mundo. Te diría, mirá, que le pegó peor que Carrillo. Carrusca,
Marcó 96 goles en un Estudiantes no competitivo. Erró dos penales en la albirroja, ante River y San Lorenzo, ambos equipos grandes.
D’Alessandro, Benítez, Gallardo y otros tantos jugadores que le pegaban realmente bien a la pelota, han demostrado que los penales no son su especialidad. Ahora bien, y esto ya tiene que ver con una decisión personal, cuando uno de estos jugadores toma la pelota desde los 11 metros, yo me agarró la cabeza, sí, pero señalo al técnico. No al jugador, que se hace cargo de la situación. En el Apertura 2004, por la Quinta fecha, Estudiantes recibía a Instituto y en un ratito, por un pase nefasto  que José Sosa le cede a Martín Herrera adentro del área propia, el equipo de Merlo comienza perdiendo el partido. Un rato después, Cuqui Silvani (¡!) igualaba transitoriamente las cosas para el Pincha, que antes del final, se encontró con un penal que podía dar vuelta el marcador. Mostaza dio la orden de que el pateador tenía que ser José Sosa. Pero el Principito, en aquel entonces más cerca de Carcarañá que de los tatuajes europeos, no se animó. La pelota entonces la agarró Marcelo Carrusca, quien ya comandaba el equipo con 21 años y terminaría siendo su goleador. Lo cambió por gol. Llegó al Morumbí dos años más tarde con 5 penales en la espalda. Había marcado tres, había errado dos. Algunos números, aunque usted diga que no Milewsky, no mienten: Carrusca no era el indicado para patear ese penal. Ni hablar de que el entonces enganche tiene una cuota enorme de responsabilidad a la hora de pegarle de forma tan infame a conciencia. Pero el técnico, aun con la estadística y habiendo practicado penales en la previa, así lo eligió. Curioso lo de este diez de poca batería: Después de Calderón, e igualando con Boselli, es el jugador de la segunda mitad de esta primera década del siglo XXI que más goles le marcó a Gimnasia, tres. Eso que usted le llama goles importantes.

Ahora sí, para finalizar mi amigo, me permito la siguiente reflexión para mí mismo, acaso tómelo como un consejo: No sea tan absolutista. No digo que no se pueda señalar defectos, para eso se está formando, que va. Pero concédale al bueno de Guido el beneficio de una paciencia más elástica. He visto a Pavone errando goles increíbles, a Mambrú Angeleri pifiando a la pelota, a José Sosa ser Sosita y otros delanteros que con el sólo nombre han mancillado la gloriosa camiseta, que no sólo por ostentar estrellas es gloriosa. Al menos yo, como diría Eduardo Sacheri, conservo el deber de la memoria. Que no es poco, ni mucho más.

jueves, 19 de enero de 2012

De bipolaridad y otros síntomas de futuro incierto


Por Leo Timossi
leotimossi@hotmail.com


Cinco meses.  El tiempo, que transcurrió excesivamente lento para la parcialidad que se orgulla en manifestarse albirroja (en un año de nulas luces) no alcanza a un semestre. A veces, algunos apocalípticos aseguran que varias horas son suficientes para trazar una opinión medianamente definitiva del futuro de las personas y por ende, de las gestiones. No es el ánimo de esta reflexión.

Enrique Lombardi es un arquitecto reconocido y un ex jugador de la institución. Socio de toda la vida, cabeza visible del proyecto Tierra de Campeones, nunca fue dirigente pero se acercó bastante. A priori, su elección asomaba complicada. La única bandera enarbolada por Quique era la convicción y el deseo de que SU comisión asumiría un compromiso absoluto con este, su proyecto estadio. Pero muy poco más. Inexperiencia en momentos donde el club y sus finanzas avanzaban sin pausa pero sin prisa hacia un marcado déficit, pocos miembros que hayan integrado alguna vez una lista electoral, incluso una residencia de Lombardi que asomaba lejana, allá por la coqueta Pilar. Pero entonces por Julio, una reunión en el piso once del número 11 inclinó la balanza. La venia de Verón asomaba como la diferencia que determinaba el favoritismo del arquitecto por sobre Piergiacomi y Arias Navarro, los otros dos candidatos que realmente no prometían nada nuevo, ni muy distinto uno del otro.

            Septiembre llegó hace rato y Lombardi arrasó con el 73% del escaso electorado que se presentó a votar. El bajo número de votantes puede explicarse desde muchos aspectos sociológicos que asoman lejanos al desinterés. Muchos opinan, con alevosía incluso, sobre los destinos del club y las decisiones de la comisión. ¿Cuántos de esos socios eligieron a Lombardi hace menos de seis meses? La contradicción tiene dos responsables. Y el nuevo presidente, superado el plazo de 100 días que el mismo se impuso, cayó inexorablemente en la volteada de las declaraciones bipolares, un producto de su propia inexperiencia.

            Las palabras de quien manejará las riendas del club hasta mediados de 2013 sobre el mes de enero sorprenden. No solo por la cantidad, bastante frecuente, máxime en una institución que siempre eligió el recelo, sino por el contenido contradictorio de sus dichos.

Lombardi junto a Verón y el titular de Adidas Argentina.
El Presidente tambien declaró sobre el asunto en dos o tres oportunidades.
            El mercado de pases de este caluroso verano está causando estragos en la opinión pública del bueno pero inexperto Enrique. El caso Enzo Pérez, la carta a Benfica, el coordinador de juveniles; varios puntos que encontraron a Lombardi declarando una y otra vez, paseando por el aire de La Redonda repetidamente. Así, el nuevo presidente pecó de no ser un hábil declarante, carne de carroña en cualquier aparato político. Incluso un medio platense bastante amigo de las páginas amarillas (Léase sin tapujos: CieloSports) aseguró que Verón y otros miembros de su comisión se mostraban molestos con la verborragia de Lombardi.

Mariano Andújar
Él, quien no se esconde y pone la cara para cualquier consulta (aspecto que no se puede ni se debe obviar) rebalsó el vaso de sus propias palabras cuando afirmó, hace una semana y media atrás, que el plantel estaba completo.Y que “En el puesto de arquero está Villar, que no hace mucho fue elegido mejor arquero del continente. Esa zona está bien cubierta”

Las vueltas de la vida, y de la famosa frase que reza que en el fútbol puede pasar cualquier cosa (originalmente pensada para adentro de la cancha) una semana después Mariano Andújar regresa al club, con un préstamo por seis meses a cambio de U$100.000 dólares.  En Estudiantes,  el número de arquero profesionales entonces llega a cinco (Villar, Albil, Silva, Rulli y el recien llegado Andújar) y asoma superpoblado. Porque Andújar no es un arquero que venga a competir por el puesto. NI Villar es un arquero para tener en el banco. Ayer Lombardi declaró que la llegada de Andújar era algo esperado por todos los hinchas del club, que a Albil no se le iban a cerrar las puertas para emigrar cuando hace una semana aseguró que se le iba a renovar contrato.  Lombardi reconoció que El Loco, tipo que lleva 8 años en el club (uno, entremedio, en San Lorenzo) se comportó todo el tiempo como un caballero. Su premio, para una persona que, asegura, se quiere quedar en el club, es dejarlo en libertad. Hace seis meses, Justo Villar firmó un contrato por 3 años a cambio de U$ 1.500.000.  Hoy, después de flojos rendimientos y lesiones, se le busca club a un arquero de reconocidas condiciones que resignó su sueldo mientras se mantenga inactivo. Nadie duda del nivel y jerarquía de Andújar. Pero Lombardi, una vez más, se equivoca al asegurar que era una llegada esperada por los hinchas.

Justo Villar
Damián Albil

 Hoy por hoy, los hinchas se muestran inseguros de las decisiones de Lombardi. Y en esta ola de bipolaridad, la sensación es lógica: La propuesta al horizonte es incierta y por tanto, poco seductora.