jueves, 28 de abril de 2011

Relajo en Cancún

 Por Leo Timossi      
 leotimossi@hotmail.com                                                                                                                                                                

   Eduardo Berizzo descansaba plácidamente en tierras aztecas. Alejandro Sabella, de forma imprevista (tal vez no tan imprevista puertas para adentro) se bajaba de un barco al que había capitaneado más que exitosamente. De repente Estudiantes de La Plata, flamante campeón del fútbol argentino, parecía estar en de repente en crisis. La cúpula directiva, ávidos de un perfil de técnico joven, fueron en busca del ex ayudante de Marcelo Bielsa en la selección chilena.

 Pasaron más de dos meses desde que Berizzo se hizo cargo. Y en el último mes, Estudiantes no ganó ningún partido. La mirada simplista podría recaer en el cuerpo técnico, pero no se apresure, que hay todavía más datos. Desde 2006 hasta este 2011, Estudiantes había perdido cuatro partidos siendo local en el Estadio Ciudad de La Plata. En el corriente, entre Copa y campeonato, el conjunto albirrojo lleva perdidos la misma cantidad en el mismo recinto. La visión sencillista sería acusar al nuevo entrenador, pero no se apresure, que hay más información. El pincha no perdía un encuentro como local por Libertadores desde el año `84, a su vez, desde la copa del año 2006 hasta esta,  Estudiantes había ganado todos los partidos que había jugado como local por 8vos de final. Ambas rachas, se rompieron contra Cruzeiro y Cerro Porteño, respectivamente. Hasta el hincha más objetivo y distante se plantearía la culpa que pueda tener Berizzo en esta pérdida de identidad. Pero los invito a no apresurarse, sino a reflexionar.





                En el partido jugado ayer en el Único, Estudiantes no fue avasallante. No fue un equipo aguerrido que daba batalla en un excepcional mediocampo y generaba la sensación de que el partido podía ganarse en cualquier momento. La mística copera tan propia del club, evidenció que no estaba presente en la noche platense.  En los papeles previos al partido, nada de táctica se le puede discutir al entrenador pincha. Salió Mercado, de flojo presente, se mantuvo Barrientos, de esperanzador primer tiempo ante Colón. Un 4-4-2 clásico, pero elástico y ofensivo, teniendo en cuenta que tanto Pérez como el Pitu tienen vocacionesofensivas tanto de enganche como haciendo diagonales. Por cómo se dio el partido, Estudiantes mereció ganar, es indiscutible. No veo la culpa del técnico en que la figura de la cancha sea el arquero de Cerro Porteño. Podemos acusar al técnico de demorarse en los cambios (aunque en el banco no haya mucho recambio hoy por hoy) o de no saber transmitir la idiosincrasia de un club en el que jamás participó (en este caso, la comparación con Sabella dejaría chiquito a cualquiera) pero, ¿Que decirle a Berizzo si Verón está jugando su peor semestre desde que volvió al club? ¿Si Braña, perro de presa si los hay, ayer vio pasar rivales con la pelota enfrente de sus ojos?  ¿Cómo acusar de tantos partidos perdidos, si la mayoría de los goles en contra no dejan de ser más que un fallo individual, donde los Roncaglia y los Benítez hacen escuela? Creo que al hincha de Estudiantes le duele ver lo más evidente, quizá por la garantía del título reciente. En la cancha, juegan los jugadores. Los que perdieron la solidez fueron ellos. Que yo sepa, ni ayer, ni ninguno de los partidos que llevamos perdidos, Berizzo jugó. Quizá inconscientemente, este excelente grupo de jugadores se relajó. Y en este fútbol, con este hincha de Estudiantes tan mal acostumbrado, es un mal imperdonable que hoy paga el último que llegó.


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