jueves, 28 de abril de 2011

Messi, el puto amo.

FPor Leo Timossi
leotimossi @hotmail.com

Antes que nada, bienvenidos a mi blog de fútbol. Les agradezco por tomarse la molestia de entrar, espero que cada vez que visiten este espacio, la sensación sea menos frecuente. La idea de publicar sobre fútbol siempre estuvo en mi cabeza, pero perdió espacio en mi otro blog (leotimossi.blogspot.com/) ante los textos dramáticos. La idea es dar una opinión “editorial” sobre el fútbol mundial en general, voy a contar con colaboradores de fútbol argentino, un informante español, así que espero hacer esto de la forma más precisa y amena posible.
 

Bien, a razón del motivo de este blog, el reciente miércoles que murió hace unas horas me encontró en la tarde-noche sentado en el sillón, libreta en mano, dispuesto a llenar de fútbol mis retinas. Nos trasladamos a Madrid para ver la ida de la semifinal de Champions League más esperada de los últimos años: Real Madrid vs Barcelona, probablemente el evento deportivo de mayor rating en la historia.
Cortesía Diario Marca

La previa asomaba caliente. Mourinho y Guardiola, en una paradójica situación, eligieron tutearse para acusarse en conferencia de prensa. El portugués, hábil y picante declarador, rompió el hielo de lo que sería el cruce más polémico del año: “Hasta ahora, existían dos grupos de entrenadores: Los que no hablan de los árbitros, que son los menos; los que critican a éstos por sus errores, que son la mayoría y en donde me incluyo; y ahora existe un nuevo grupo, conformado hasta ahora sólo por Pep, que critican a los árbitros que aciertan en sus fallos." Guardiola, previamente, había señalado irónicamente la buena visión del línea en la reciente final de Copa del Rey, donde le fue anulado correctamente un gol en fuera de juego “por dos centímetros”. La Copa, en tiempo suplementario, fue para el Madrid.



Josep Guardiola, entre los dos técnicos, es quizá el más parsimonioso, el más tranquilo. Sin embargo, las declaraciones de Mourinho terminaron con la paciencia del español, quien explotó:
"Como él me ha tuteado yo también lo voy a hacer. Mañana nos enfrentamos en el campo a las 20:45; fuera del campo ya me ha ganado. Le regalo su Champions particular fuera del campo, que la disfrute y se la lleve a casa", señaló. "En esta sala él es el puto jefe, el puto amo y no quiero competir en ningún instante. Sólo le recuerdo que hemos estado junto cuatro años. Me conoce y le conozco. Si se quiere quedar con los amigos de Florentino Pérez y la central lechera pero yo he trabajado cuatro años con él". Durísimo.



Pero adentro de la cancha se ven los pingos. El oriundo de Sampedor, sorprendió con la inclusión de Puyol sobre el lateral izquierdo, dejando a Mascherano, de buen partido como central en la Copa, sobre esa misma posición. En la mitad de la cancha, el musculo del maliense Keyta para reemplazar al lesionado Iniesta. El Madrid, en cambio, volvió apostar por la formula que le había dado resultado en copa, con la inclusión de Pepe (primer central) como pivote defensivo, Cristiano Ronaldo como única punta. Di María recostado sobre la izquierda, tapando la subida de Dani Alves, Lass y Xabi Alonso como centrocampistas, Özil flotando solo detrás del punta portugués…
Guardiola y Mourinho, en la linea de fuego. Cortesía Diario Marca


Diarra persigue a Messi. El frances le ganó todo el primer tiempo.
Cortesía Diario Marca
El partido comenzó y las ideas de ambos equipos estaban claras. El conjunto de Mourinho apostaba a no dejar jugar al de Guardiola, que a su vez, apostaba al toque corto sin mucha trascendencia. Los 25 primeros minutos pasaron sin pena ni gloria por el Santiago Bernabéu y Niembro por televisión exigía el reembolso del 25% de su entrada. El Madrid increíblemente de local no apostaba al ataque, sino que, replegado, tímido, esperaba en tres cuartos de su campo al Barcelona, con la esperanza de que algún pase de Ozil habilitase a Ronaldo.  Primero, David Villa, en una escalada por la punta derecha que terminó en un saque de arco y luego Xavi, luego de una excelente habilitación de Messi, pusieron emoción a un partido que no estaba ni cerca de cumplir las expectativas de los millones de espectadores en todo el mundo pero no mucho más. El genio argentino, más allá de la situación recién comentada, estaba haciendo un flojo partido y estaba muy bien controlado por Lass Diarra, que le quitó la pelota en cada ocasión. El primer tiempo terminó con un Barcelona con el 71% de la posesión de la pelota... en la cancha del Real Madrid.

La Patada de Pepe a Dani Alves. 
El segundo tiempo, parecía que el conjunto de la capital apostaba más al ataque con la entrada de Adebayor  por un desaparecido Ozil. Si bien esto no fue cierto, porque el planteo resultó igual, la movida resultó positiva para el Madrid que ganaba potencia en la lucha contra los muy sólidos centrales del conjunto catalán. Pero rondando los 60 minutos, una dura plancha de Pepe al brasileño Dani Alves terminó por prender fuego el ambiente. Ya expulsado el arquero suplente en Barcelona por una pelea contra Arbeloa en camino de los vestuarios, ahora todos los jugadores del conjunto catalán se le fueron al humo al árbitro alemán ante la durísima entrada del portugués. Wolfan Stark no perdonó y expulsó correctamente al luso, y esta vez quienes se prendieron encima fueron los jugadores del conjunto merengue, no conformes con la decisión. Mourinho, quien había declarado que no quería que le expulsaran un jugador contra el Barca, una constante en sus enfrentamientos con otros equipos que ha dirigido, se iba expulsado también por aplaudir irónicamente al árbitro. De ahí en más, no existió otro color. Si la superioridad del Barsa era completa 11 vs 11, estando el rival con un jugador menos no quedó más que sentenciar el resultado. Pedro salió lesionado por un pisotón de Marcelo y en su lugar entró el Holandés Afellay, que en su primera intervención se desmarcó del lateral brasileño y envió un centro bajo al primer palo, que Messi ganó anticipando a Sergio Ramos pasando la pelota por entre las piernas del arquero Casillas. 0-1 en la fortaleza Madrileña. El mejor del mundo, de flojo partido hasta ahí, se hizo presente y marcó su gol 51 de la temporada. La sensación catalana era que Wembley era un sueño muy cercano. El monopolio de la pelota, de ahí en más, fue demoledor para el Madrid. Y quien otro que Messi, me permito decirle Lionel, en una jugada memorable de todos los clásicos, se deshizo de cuanto merengue se cruzó en su camino para definir de derecha ante la salida de Casillas y decirle a la gente, a Cristiano Ronaldo, al mundo mismo, “acá estoy yo”.  Es Lionel Messi, el argentino. El puto jefe, el puto amo del fútbol, del Barca y de su Selección.

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