miércoles, 1 de junio de 2011

Boca Juniors. La hora de Mati: River, Arsenal y Newell´s

Por Matias Giannattasio

Antes que nada, quiero dar mis disculpas, tanto a Leo como a los visitantes del blog, por no haber escrito por un lapso de prácticamente dos semanas. También se debe a la falta de tiempo, el tan preciado tiempo. Espero que no vuelva a suceder.

Bien, en mi último texto hice un análisis sobre los días previos al superclásico. Ahora voy a tratar de abarcar desde ese partido hasta el día de hoy.

Boca-River. El superclásico.

Como ya se sabe el partido termino y hace unos cuantos días, para algunos las secuelas aun repercuten, para otros el encuentro ya pasó. Como había podido expresar anteriormente, a mi entender, Boca debida enfrentar al rival más duro que le quedaba en el torneo, sin desmerecer a los demás. Y mucho no me fallo el análisis, si bien boca ganó, no lo hizo de forma merecida, y por ende, no jugó bien.

Fue un partido lleno de asperezas, muy friccionado, muy trabado, y trabajado. Sobre todo del lado de Boca, que como ya dijo el Técnico, era para “jugarlo con los dientes apretados”, y eso se vio en la cancha. Los jugadores iban y venían de un lado para el otro, persiguiendo el número de camiseta de Lamela y compañía, tanto fue así, que los de Núñez, si bien no manejaron bien la pelota, fueron los que mejor la utilizaron.

El Titán se despidió de los superclásicos
de la forma soñada. Respetado hasta por los hinchas de Rive
r.
Los goles, dirá ustedes, a mi entender fueron hechos aislados al desarrollo del juego. El primero llego después de una avivada de Mouche que casi termina en gol en contra, derivó al córner que ya todos conocemos. Y el Segundo, fue más bien una avivada de Riquelme,  que llamo a Mouche para que ejecute una supuesta jugada preparada.  De ahí vino la carambola que dejo a Palermo solo frente a un Carrizo ridículo.

Luego de esos dos goles, el partido fue mucho más parejo, pero a mi entender con River siempre mejor que Boca, que lo pudo haber liquidado si hubiese sabido aprovechar una serie fugaz y pasajera de contraataques, que por la mala visión de juego o por egoísmo, no terminaron en el fondo del arco. No hay que dejar pasar por alto las numerosas ocasiones de gol, que genero River, si bien para un partido tipo son pocas, fueron más que las que Boca generó.
Carrizo, de pésima tarde, se lleva la pelota bajo el brazo.
El uno millonario vive un momento irregular.

Voy a hacer un párrafo aparte para mencionar  dos hechos destacados y ajenos al futbol, los cuales se robaron la atención del superclásico. El primero y principal, fue la actuación del árbitro. A mi entender este tipo de profesionales, son los que no benefician al deporte, y mucho menos al nuestro. Me causa una profunda tristeza  ver que la vieja escuela de árbitros fije este tipo de ideales en muchos de los “nuevos”, y que nosotros como espectadores tengamos que soportar muchas de sus negligencias por tener una inadecuada formación. El otro hecho fue la actitud de Almeyda. Todos los que alguna vez han jugado al futbol, ya sea de manera profesional, amateur o en la cancha de tu barrio, saben lo que es una calentura. Ahora bien,  lo repudiable, desde mi punto de vista, es que un jugador de la talla de Almeyda con tanta experiencia cobre el hombro, salga besándose la camiseta de su club frente a la tribuna del rival de toda la vida. Uno puede decir, pero es una calentura, y se entiende. Pero nadie puede predecir y mucho menos controlar la actitud de 15 mil personas ante un hecho así, porque no todos reaccionaron igual. Por suerte no pasó una desgracia, porque loquitos los hay en todos lados.

Terminado este partido, puedo decir que Boca ganó porque esto es fútbol y tiene estas cosas. Sin jugar bien sacó una diferencia importante, y luego la supo o la quiso reguardar. Mucho más que eso no paso. Pero como se sabe los goles no se merecen, se hacen.

Arsenal-Boca

 El resultado del súper hizo que la semana posterior fuera mucho más tranquila. Aunque hubo acontecimientos importantes de cara al partido del domingo (Vs Arsenal). Juan Román Riquelme, se había lesionado, y no iba a poder estar entre titulares. Nuevamente los problemas se hacía presentes y había que planificar un partido, que desde el vamos era difícil, sin el mejor jugador del equipo.

Esto provoco que Falcioni tenga que cambiar el esquema de juego, el enganche salió y entró un cinco. Riquelme por Erviti fue el cambio, y con esto la idea futbolística también se vio modificada. El buen trato a la Pelota que se intentaba con Román, se desvaneció e ingreso el pelotazo y la verticalidad que por momentos tiene un Boca sin el diez. Esas eras las modificaciones que se preveían.

Y cuando el partido se puso en marcha, se hizo realidad. Un Boca desordenado, desprolijo y jugando de una manera desastrosa, hizo lo poco que pudo, ante un Arsenal, que sin tanto trabajo, superó a los Xeneizes por 1 a 0, al término del primer tiempo.
El cordóbes Obolo ya marcó el primero de Arsenal y lo grita frente a su público.
Fue una pesadilla para el fondo de Boca.

En el segundo la historia fue distinta. El ingreso de Viatri aporto mayor dinamismo, y juego. Tanto fue así, que en los primeros minutos Boca encontró la igualdad mediante un centro que el propio Viatri capitalizo por gol. El rumbo se enderezaba y había una pequeña esperanza de poder  ganar el partido. La cual se borró por completo cuando Arsenal se puso nuevamente por delante en el marcador. Tras un centro en el cual Lucchetti salió mal, y dejo el arco a disposición de Lisandro Lopez.  Otra vez el partido se hacía cuesta arriba.
Lucas Viatri marcó el priemr gol y fue determinante
oxigenando al xeneize

Pero Boca no se quedó, no acusó el golpe, y salió a buscar el empate. Con mucha más actitud que juego (como ya es normal a esta altura del torneo), los de La Boca, pudieron empatar el partido tras una gran jugada colectiva, que Mouche cambio por gol. Luego de esto era poco el tiempo para poder hacer algo más, aunque Palermo tuvo el gol de la victoria, que Campestrini ahogó.  Boca se llevó un punto, que dejo como aspecto positivo la posibilidad de recuperar el marcador dos veces, y nada más. Otra vez se volvió a jugar mal, y en esta carrera para clasificar a la Copa Sudamericana, ese pobre punto no ayudaba en nada. Solo restaba esperar que en la próxima fecha se dieran una serie de resultados que ayudaran a aproximarse un poco a los seis primeros de la general.

Y así se encaró la semana pensando en ganar el domingo de local, y rogando porque Racing perdiera.

Boca-Newell’s

Este Boca que no le llega ni a las vendas a Vélez y ni roza a un Lanús o Godoy Cruz, ya acumula siete partidos sin conocer la derrota. No tiene un juego vistoso ni elegante, sino todo lo contrario. La lucha, y el despliegue tanto defensivo como ofensivo, son sus principales armas, que lo han llevado a colocarse a un punto de la clasificación a la Copa Sudamericana, y a cinco de la punta del torneo.

El pasado domingo fue el turno de recibir a los Rosarinos, y todo indicaba que sería un partido accesible, dado por la posición que ocupan en la tabla además de su rendimiento.

Pero no todo fue tan simple. Boca comenzó intentando llevarse por delante a Newell’s, y lo logro.El primer tiempo fue enteramente Xeneize, Boca manejo la pelota, como quiso y así genero las mejor situaciones de gol (por no decir las únicas). Con una amplia tendencia a los centros, buscando a Palermo, llegaron las primeras situaciones. Con un Chavez muy activo, Boca encontró un penal provocado por el experimentado Schiavi.  El histórico nueve fue el encargado de ejecutarlo y Peratta el responsable de detenerlo. Aunque esto significó un duro golpe para el equipo, Boca siguió intentando y tuvo otra oportunidad que el Titán no supo aprovechar.


Cuando se fue el primer tiempo, el resultado tenía sabor a poco, muy poco, se podría estar ganando pero parecía que no era la tarde. Sin embargo, al comienzo del segundo, Boca siguió con la misma actitud y así fue que, gracias a una pifia en la defensa rival, Palermo puso el uno a cero, sacándose él y todo el equipo, un peso de encima. De ahí en adelante se repitió algo que ya es frecuente. El equipo se replegó, tratando de encontrar alguna contra, que no llego. Newell’s encontró la pelota y se adueñó del partido, aunque no generó nada. Así el encuentro se fue yendo y Boca se quedó con tres puntos nuevamente.

Haciendo un análisis del partido, se pudo ver a un Erviti mucho más activo, y generando juego. No llegó a ser el de Banfield, pero con eso alcanzó. Los laterales fueron fundamentales, tanto en ataque como en defensa. Chavez y Colazo continúan creciendo y mejorando; Somoza es, por momentos, impasable. Englobando todo, Boca, como dije, no es Vélez, pero juega a su modo y por ahora es efectivo.



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